Es el primer
mandamiento
amar a Dios
soberano;
pero yo de
nada entiendo,
porque
siendo tan tirano
a Dios y a la patria ofendo.
El segundo
es no jurar,
diez mil
veces he jurado
hacer el
bien general;
pero yo no
he procurado
más del mío particular.
Es el tercer
mandamiento
el
santificar las fiestas
yo aunque hipócrita
me cuento,
jamás hago
aprecio de estas
por realizar mis proyectos.
El cuarto
honrar padre y madre
el precepto
es excelente;
pero si a mí
mismo padre
Lo viera de
presidente
le haría guerra hasta tumbarle.
Es el quinto
no matar
pero si
posible fuera
todos los
hombres contar
que hice
morir en la guerra
al mundo había de asombrar.
Del sexto no
digo nada
de mi conducta
tan loca,
bien sé que
no es ignorada;
Pero al fin
á mi me toca
callar mi vida privaba.
El séptimo
que es no hurtar
no lo he
quebrantado a secas;
porque si yo
hecho algún mal
el Fresnillo
y Zacatecas
me pueden justificar.
El octavo
¡qué demonio
me haría que
lo quebrantara!
no me llamaría
yo Antonio
si al mejor
no levantara
algún falso testimonio
El noveno es
no desear
la mujer de
otro marido;
yo no debo
declarar
si tal yerro
he cometido
porque es preciso callar.
El décimo ,el
bien ajeno
no codiciar
con malicia,
para eso he
sido tan bueno,
que esa
maldita codicia
me tiene hoy de angustia lleno.
Aquestos diez
mandamientos
solo se
encierran en dos;
más son de
mi tan ajenos,
que yo no
cumplo con Dios
y con mis prójimos menos.
Díez y seis pasquines sobre Santa Anna y su época. Coleccionados por Horacio Quiñones. Mexico, 1840.
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