Campo frente a Querétaro, abril 27 de 1867.
Sr. Presidente
don Benito Juárez
San Luis Potosí.
Muy estimado señor
mío:
Por el telégrafo
he dado parte
al Ministerio del reñido combate
que hoy hemos tenido que sostener para impedir que el enemigo se nos
saliera, como lo pretendía, rompiendo la línea del Cimatario. A reserva de
dar al Gobierno exactos pormenores de
este suceso, voy a referirle a
usted algunos pues comprendo
que ha de
estar usted muy deseoso de
saberlos, porque de la concisión en
que es necesario comunicarse por el telégrafo se puede sacar
muy poco. Como a las cinco
de la mañana simuló el
enemigo un ataque sobre la
extrema izquierda de la línea del Gral.Riva Palacio, que la cubre el Gral. Jiménez situado en la
garita de México y sobre la extrema
derecha de la línea del Gral. Régules,
que cubre el Gral.Rivera en la hacienda
de Calleja y con fuertes columnas se
dirigió casi al
mismo tiempo sobre el centro de
la línea del Gral. Régules, que lo sostenían
las fuerzas de Michoacán,
formando su izquierda las de Jalisco al mando del Gral. don Félix Vega.
Los Grales. Vicente Jiménez y Rivera sostuvieron bien sus
puestos; pero al solo avance del enemigo sobre las de Michoacán, abandonaron
éstas su posición, entrando en dispersión vergonzosa, visto lo cual las de Jalisco
abandonaron también sus posiciones sin resistencia, aunque
sin descomponerse y se replegaron
a su izquierda, buscando la protección
de una altura y de las fuerzas de Sinaloa que hacia ese rumbo forman la
línea que manda el Gral. Márquez Galindo. El enemigo pudo, por
esta causa, hacerse dueño de todo el centro y la izquierda de la línea del Gral. Régules; colocó
en ella su infantería y con su caballería se dirigió a apoderarse de los carros
que contenían los depósitos de las fuerzas de Occidente. Desde los primeros
tiros mandé mover la sección de
caballería del Cuartel General, compuesta del Cuerpo Cazadores de
Galeana, a las órdenes del Coronel Lic.Doria, en auxilio de lª línea atacada y
los Batallones lº. de línea y Supremos Poderes al mando del Gral. Rocha y
sosteniéndolas, al mando también del mismo General, el 3º de línea y el 6º de San Luis.
El Coronel Doria
llegó a tiempo de cargar sobre la caballería enemiga, arrollarla y quitarle los
carros de que ya se había apoderado. A este tiempo se le incorporó el Gral.
Rocha con los Batallones lº. línea y Supremos Poderes y cargando juntos sobre
la infantería enemiga, le
quitaron las posiciones
que ya había
ocupado, haciéndola retroceder en derrota hacia la plaza y, con una
intrepidez digna de todo elogio, bien sostenidos por los Batallones 3º. de línea y el
6º. de San Luis, siguieron atacando las columnas enemigas que muy
fuertes se desprendían de la plaza,
bien fuese con el
objeto de romper el sitio o de
proteger a la que ya se había
apoderado de nuestra línea y a todas las
derrotaron, haciéndolas volver
precipitadamente a la plaza, matándoles
más de 300 hombres, agarrándoles más de
100 prisioneros y causándoles una
considerable dispersión.
Han dejado, por fin,
perfectamente restablecida la línea, después de un combate muy glorioso
que ha
durado seis horas; pero en el que nos hemos visto en un inminente peligro d e
perderlo todo por no ser de igual buena calidad todas las tropas
que asedian la plaza. He querido decirle a usted
todo esto para que pueda comprender las dificultades con que
lucho y los trabajos multiplicadísimos
que tengo que
hacer para poder contener encerrado al enemigo.
El Sr. Gral. Corona
es un jefe magnífico; me ha ayudado mucho en este día, dirigiendo él
mismo los movimientos y sin separarse en todo
el combate de las fuerzas del Gral. Rocha y del Coronel Doria, pero
desgraciadamente no son de una clase igualmente buena todas las fuerzas
que tiene a su cargo para que
sus trabajos fueran enteramente
fructuosos. El Gral. Rivera también se comportó muy bien, pues después de
sostener su puesto se unió al Coronel Doria y cooperó brillantemente al triunfo que se ha obtenido. Considero al enemigo ya en un
estado muy violento; creo que ha de seguir
haciendo esfuerzos desesperados por salirse y
que , por lo mismo, vamos a tener sin cesar un trabajo muy
asiduo hasta que esto se decida.
Tenia esperanzas de que
el Sr. Gral. Díaz me pudiera proveer de la pólvora necesaria
para hacer las municiones de los
cuatro cañones de sitio que me
vienen; pero en
carta de 24 de este
mes dice, acerca de esto, lo siguiente: "El Sr. Baz
me ha dicho y el Gral. Paz me dice por la línea telegráfica, que le serviría de mucho un auxilio de pólvora de
cañón; pero yo también carezco de ella y
he tenido que traerla desde Oaxaca, mientras se establece la fábrica en
Puebla". Como usted
verá, ya de este lado no puedo surtirme de este artículo; pero le he
pedido a Guanajuato al Sr. Guzmán; espero que
me mandará toda
la necesaria y creo que ya viene
una parte en
camino.
Soy de usted muy atento y muy obediente servidor q.b.s.m.
Mariano Escobedo
FUENTE : www.senado2010.gob.mx
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