Prisión
en el Monasterio de Capuchinas en Querétaro, a 18 de junio de 1867.
Beatísimo
padre:
Al
partir para el patíbulo a sufrir una muerte no merecida, conmovido vivamente mi
corazón y con todo el afecto de hijo de la Santa Iglesia, me dirijo a vuestra
santidad, dando la más cabal y cumplida satisfacción, por las faltas que pueda
haber tenido para con el vicario de Jesucristo y por todo aquello en que haya
sido lastimado su paternal corazón; suplicando alcanzar, como lo espero, de tan
buen padre, el correspondiente perdón.
También
ruego humildemente a vuestra santidad, no ser olvidado en sus cristianas y
fervorosas oraciones y, si fuere posible, aplicar una misa por mi pobrecita
alma.
De
vuestra santidad, humilde y obediente hijo que pide su bendición apostólica.
Maximiliano
Fuente: "Anales Mexicanos : La Reforma y el Segundo imperio " por Agustín
Rivera
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