Gerónimo Treviño |
Ciudadano gobernador y comandante militar del estado de Coahuila de Zaragoza.
Presente
Coronel en Jefe:
Tengo
el honor de poner en el superior conocimiento de usted que, en cumplimiento de
las órdenes que recibí en ciudad Linares del Gral. en jefe ciudadano Mariano
Escobedo, emprendí mi marcha de Villaldama con la 1ª división de caballería
compuesta de 800 caballos, con dirección a la villa de Parras y con objeto de reforzar
el movimiento que usted debía efectuar sobre el mismo punto, para batir al
traidor Máximo Campos, que a la vez ocupaba aquella plaza.
En el camino fui
enterado de los acontecimientos habidos entre las fuerzas del digno mando de
usted y las del traidor Campos y que, a consecuencia de estos sucesos, se dirigía
de la plaza del Saltillo una columna de franceses en número de 200 hombres poco
más o menos. Desde luego concebí la idea de batirlos en el tránsito, pero, en
la hacienda de los Cabos, fui informado de que éstos habían llegado ya a Parras
y, según parecía, trataban de defenderse en unión de las fuerzas de Campos, que
también se encontraba en aquella villa.
En este mismo punto
recibí un enviado de usted y esto me impuso más de cerca de todo lo que había
ocurrido, por lo que me resolví a avanzar sobre aquella plaza conforme al plan
de operaciones que, de acuerdo con usted, me había propuesto seguir. Ayer hice
jornada en esta hacienda, permaneciendo hasta la llegada de la brigada de
Coahuila, que la efectuó el mismo día en la noche, tomando posiciones en el
mismo orden que las había tomado la fuerza de mi mando hacía pocas horas. En
este estado permanecí hasta las tres de la mañana, en que tuve noticia de que
una columna del enemigo, compuesta de las tres armas, en número de 450 traidores
y 215 franceses de infantería, en su tránsito hacían algunas escaramuzas que no
me llamaron la atención, hasta que nuevos avisos me
hicieron comprender que hacía un movimiento serio sobre nuestras posiciones. En
efecto, desde luego dispuse arreglar todas nuestras columnas y prepararlas para
la defensa, en los momentos en que las fuerzas del enemigo se hacían sentir ya
sobre nuestro campamento; todo quedó, por fin, dispuesto en el acto y el
enemigo avanzó sobre nuestra línea con la mayor intrepidez. Desde luego fue
recibido por los fuegos del escuadrón de Monclova al mando del teniente coronel
ciudadano Ildefonso Fuentes y por algunos otros tiradores de caballería del
cuerpo legión del norte.
El combate se
generalizó y el enemigo dirigió un fuerte ataque sobre el ángulo izquierdo de
nuestra línea, pretendiendo flanquear por la izquierda con su caballería, al mismo
tiempo que otra columna de infantería se dirigía hacia nuestra derecha. El
ataque principal fue contestado bizarramente por la brigada del bravo coronel
Naranjo y por parte de la brigada de Coahuila. En esos momentos mandé cargar a
las columnas de caballería, mandadas por los ciudadanos teniente coronel
comandante Joaquín Garza Leal, del cuerpo legión del norte, teniente coronel de
lanceros de la guardia supremos poderes, Pablo Gómez y teniente coronel
Emiliano Laing, de lanceros de Coahuila, al mismo tiempo que otras dos columnas
de a pie, mandadas por los pundonorosos ciudadanos coronel Salvador Fernández
de la Cavada, del cuerpo de tiradores y teniente coronel Ruperto Martínez, de
Rifleros de Nuevo León, a quienes acompañaba el mayor general ciudadano coronel
Pedro A. Gómez, flanqueaban al enemigo por su izquierda. Con este movimiento se
vio obligado a retirarse, abandonando su intento, no sin disputar palmo a palmo
el terreno que había conquistado. Nuestras tropas, sin embargo, lo persiguieron
tenazmente, hasta que, por fin, perdidas sus dos terceras partes, el resto se
rindió a discreción y el campo, cubierto de cadáveres, caballos y demás
pertrechos de guerra, entre ellos una pieza de montaña, quedó en nuestro poder.
Por demás me parece
encomiar a usted, ciudadano gobernador, la conducta que en esta gloriosa
jornada han observado los jefes, oficiales y tropa que concurrieron a ella;
pues usted mismo fue testigo presencial de su buen comportamiento. Acompaño
también a usted relación de los muertos, heridos y prisioneros del enemigo, así
como de las armas y demás pertrechos de guerra que éste perdió en el campo de
batalla haciéndolo también con la de los muertos y heridos que por nuestra
parte tuvimos que lamentar. Con tal motivo, protesto a usted mi distinguida
consideración y respeto.
Independencia, Libertad y Reforma, Hacienda de Santa Isabel ,marzo 1º de 1866.
Gerónimo Treviño
Fuente:
"Benito Juárez, documentos, discursos y correspondencia" , Tomo 10 , Jorge L. Tamayo
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