BLOG DE ADRIAN CRUZ MARTINEZ // In nican ca tlamachilliztlatolzazanilli ye huecauh mochiuh- Aquí están las palabras-recuerdo que repiten lo que se sabe que sucedió en la antigüedad

jueves, 8 de septiembre de 2011

8 de septiembre de 1847- Batalla del Molino del Rey.




Después de las acciones de Padierna y Convento de Churubusco el 19 y 20 de agosto respectivamente, el Ejército norteamericano se encontraba en la población de Tacubaya haciendo sus preparativos para el asalto final a la Ciudad de México.

A consecuencia de un armisticio acordado para definir las condiciones de paz, del todo perjudiciales para los intereses mexicanos, los invasores mantenían el reconocimiento en base al empleo de sus ingenieros para determinar las partes vulnerables de la posición defensiva. A la decisión de reiniciar las hostilidades para capturar la ciudad de México por el poniente, la organización defensiva de Chapultepec y las contiguas en el Molino del Rey y la Casa Mata, adquirieron mayor interés para los estrategas del Ejército Norteamericano

Al amanecer del 8 de septiembre y en razón de los indicios del enemigo y la observación de sus movimientos, las campanas de la Catedral Metropolitana anunciarían el rompimiento del armisticio y reanudación de las hostilidades.

Las nuevas posiciones del enemigo que amenazaban la parte poniente, fue determinante para fortalecer con nuevas unidades y piezas de artillería la posición defensiva en el Molino del Rey y la Casa Mata, a la que los defensores habían dado mayor consistencia con apresuradas obras y fortificación pasajera.

Debido a los amagos del enemigo y un ataque por diversos frentes, se reubicó a los efectivos y artillería, para quedar en condiciones de prestar apoyo en cualquier posición comprometida. Este movimiento debilitó de manera extraordinaria la capacidad defensiva del Molino del Rey, en donde se hermanaron para la defensa, tropas de línea y cuerpos de la Guardia Nacional, así como patriotas que de último momento empuñaron las armas voluntariamente.


En los planes del enemigo, el Molino del Rey y la Casa Mata eran puntos estratégicos para tomar la fortaleza de Chapultepec. Aunado a lo anterior y por razones de seguridad, existía la creencia de que en la fortaleza del Molino del Rey, se encontraba un valioso arsenal de artillería.

Con toda precaución, los invasores se acercaron a la posición con el interés de dar potencia a sus asaltos, no obstante, una y otra vez rechazados. Los defensores, bien plantados en el terreno detuvieron los asaltos enemigos y hasta llevaron un exitoso contraataque que resultó fatal a los norteamericanos, quienes entre numerosas bajas, vieron caer lo más selecto de su oficialidad, lo que causó alarma entre sus comandantes.


La situación era ideal para lanzar un ataque de caballería, el cual, dadas las circunstancias pudo consumar la victoria mexicana, pero desafortunadamente éste nunca se llevó a cabo por falta de coordinación entre los defensores.

Al reorganizarse el enemigo, pudo apoyar sus columnas con eficiente fuego de artillería, volviendo al asalto; tras gravísimas pérdidas, finalmente los norteamericanos pudieron tomar la posición.

La batalla del Molino del Rey, considerada como una de las más sangrientas de aquella campaña, fue el marco para verdaderos ejemplos de heroísmo de los mexicanos, que sólo fueron superados en combate a campo abierto por la ventaja técnica del armamento que portaba el enemigo. El General Antonio de León y los Coroneles Miguel Echegaray y Lucas Balderas se cubrieron de gloria militar en sacrificio a la Patria.

Para el General en jefe del Ejército Norteamericano, la batalla del Molino del Rey representó una victoria pírrica, ya que ni siquiera pernoctaron en el terreno conquistado, debiendo retirarse nuevamente a sus cuarteles en Tacubaya, donde resintieron la gravedad de sus pérdidas.

SECRETARIA DE LA DEFENSA NACIONAL  http://www.sedena.gob.mx

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