Nos los Inquisidores apostólicos
contra la herética Pravedad, y Apostasía, en la Ciudad de México, Estados, y
Provincias de esta Nueva España, Guatemala, Nicaragua, Islas Filipinas, sus
Distritos y Jurisdicciones, por Autoridad Apostólica, Real, y Ordinaria,
&c.
A vos el Br. Don Miguel Hidalgo,
y Costilla, Cura de la Congregación de los Dolores en el Obispado de Michoacán,
titulado Capitán General del Ejército de los Insurgentes.
Sabed, que ante nos (com)pareció
el señor Inquisidor Fiscal de este Santo Oficio e hizo presentación en forma de
un Proceso, que tuvo principio en el año de 1800, y fue continuado a su
instancia hasta el de 1809, del que resulta probado contra vos el delito de
herejía, y apostasía de nuestra Santa Fe Católica, y que sois un hombre
sedicioso, cismático, y hereje formal por las doce proposiciones, que habéis
proferido, y procurado enseñar a otros; y han sido la regla constante de
vuestras conversaciones, y conducta, y son en compendio las siguientes.
Negáis, que Dios castiga en este
mundo con penas temporales: La autenticidad de los lugares sagrados de que
consta esta verdad: Habéis hablado con desprecio de
los Papas, y del Gobierno de la Iglesia, como manejado por hombres ignorantes,
de los cuales, uno, que acaso estaría en los infiernos, estaba canonizado.
Aseguráis, que ningún judío que
piense con juicio, se puede convertir, pues no consta la venida del Mesías: y
negáis la perpetua Virginidad de la Virgen María:
Adoptaís la doctrina de Lutero en
orden a la divina Eucaristía, y confesión auricular, negando la autenticidad de
la Epístola de San Pablo a los de Corinto, y asegurando que la doctrina del
Evangelio de este Sacramento, está mal entendida, en cuanto a que creemos la
existencia de Jesucristo en él.
Tenéis por inocente, y lícita la
Polución, y fornicación como efecto necesario, y consiguiente al mecanismo de
la naturaleza, por cuyo error habéis sido tan libertino, que hicísteis pacto
con vuestra manceba de que os buscase mujeres para fornicar, y que para lo
mismo le buscaríais a ella hombres, asegurándola, que no hay Infierno, ni
Jesucristo; y finalmente, que sois tan soberbio, que decís, que no os habéis
graduado de Doctor en esta Real Universidad por ser su claustro una cuadrilla
de ignorantes: y dijo, que temiendo, ó habiendo llegado a percibir, que
estábais denunciado al Santo Oficio, os ocultásteis con el velo de la vil
hipocresía, de tal modo, que se aseguró en informe que se tuvo por verídico que
estábais tan corregido, que habíais llegado al estado de un verdadero
escrupuloso, con lo que habíais conseguido suspender nuestro celo, sofocar los
clamores de la justicia, y que diésemos una tregua prudente a la observación de
vuestra conducta; pero que vuestra impiedad represada por temor había
prorrumpido como un torrente de iniquidad en estos calamitosos días, poniendoos
al frente de una multitud de infelices, que habéis seducido, y declarando
guerra a Dios, a su Santa Religión, y a la Patria: con una contradicción tan
monstruosa, que predicando según aseguran los papeles públicos, errores
groseros contra la fe, alarmáis a los Pueblos para la sedición con el grito de
la Santa Religión, con el nombre, y devoción de María Santísima de Guadalupe, y
con el de Fernando séptimo, nuestro deseado, y Jurado Rey; lo que alegó en
prueba de vuestra apostasía de la fe católica y pertinacia en el error: y
últimamente nos pidió, que os citásemos por Edicto, y bajo de la pena de
Excomunión mayor os mandásemos, que compareciéseis en nuestra Audiencia en el
término de treinta días perentorios, que se os señale por término desde la
fijación de nuestro Edicto, pues de otro modo no es posible hacer la citación
personal.
Y que circule dicho Edicto en
todo el Reino para que todos fieles y católicos habitantes sepan, que los
promotores de la sedición, e independencia tienen por Corifeo un Apóstata de la
religión, a quien igualmente que al Trono de Fernando séptimo ha declarado la
guerra.
Y que en el caso de no comparecer
se os siga la Causa en rebeldía, hasta la relajación en Estatua.
Y Nos visto su pedimento ser
justo, y conforme a derecho, y la información, que contra vos se ha hecho, así
del dicho delito de herejía, y apostasía, de que estáis testificado, y de la
vil hipocresía con que eludísteis nuestro celo, y os habéis burlado de la
misericordia del Santo Oficio, como de la imposibilidad de citaros
personalmente por estar resguardado, y defendido del Ejército de que habéis
levantado contra la religión, y la Patria, mandamos dar, y dimos esta nuestra
Carta de citación, y, llamamiento, por la cual os citamos, y llamamos, para que
desde el día que fuese introducida en los Pueblos, que habéis sublevado, hasta
los treinta siguientes, leída, y publicada, en la Santa Iglesia Catedral de
esta Ciudad, Parroquias, y Conventos, y en la de Valladolid, y Pueblos fieles
de aquella Diócesis comarcanos con los de vuestra residencia, parezcáis
personalmente ante nos en la Sala de nuestra Audiencia a estar a derecho con
dicho Señor Inquisidor Fiscal, y os oiremos, y guardaremos justicia: en otra
manera pasado el sobre dicho término oiremos a dicho Señor Fiscal, y
procederemos en la causa sin más citaros, ni llamaros, y se entenderán las siguientes
providencias con los estrados de ella hasta la sentencia definitiva,
pronunciación, y ejecución de ella inclusive, y os parará tanto perjuicio, como
si en vuestra persona se notificasen.
Y mandamos, que esta nuestra
Carta se fije en todas las Iglesias de nuestro distrito, y que ninguna persona
la quite, rasgue, ni chancele bajo de la pena de Excomunión mayor, y de
quinientos pesos aplicados para gastos del Santo Oficio, y de las demás, que
imponen el derecho Canónico, y Bulas Apostólicas contra los Fautores de
Herejes; y declaramos incursos en el crimen de fautoría y en las sobre dichas
penas a todas las personas sin excepción, que aprueben vuestra sedición,
reciban vuestras Proclamas, mantengan vuestro trato, y correspondencia
epistolar, y os presten cualquiera género de ayuda, o favor, y a los que no
denuncien, y no obliguen a denunciar, a los que favorezcan vuestras ideas
revolucionarias, y de cualesquiera modo las promuevan, y propaguen, pues todas
se dirigen a derrocar el Trono, y el Altar, de lo que no deja duda la errada
creencia, de que estáis denunciado, y la triste experiencia de vuestros crueles
procedimientos, muy iguales, así como la doctrina, a los del pérfido Lutero en
Alemania.
En testimonio de lo cual mandamos
dar, y dimos la presente firmada de nuestros nombres, y sellada con el Sello
del dicho Santo Oficio, y refrendada de uno de los Secretarios del Secreto de
él.
Dada en la Inquisición de México,
y Sala de nuestra Audiencia, a trece días del mes de Octubre de mil ochocientos
diez.
- Dr. B. Bernardo de Prado, y Obejero. - Lic. D. Isidoro Sainz de
Alfaro, y Beaumont. - Por mandado del Santo Oficio, Dr. D. Lucio Calvo de la
Cantera. Secretario.
Nadie le quita, pena de
excomunión mayor.
Fuente : http://www.biblioteca.tv
http://www.uach.mx/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.