MANIFIESTO DEL SR. GRAL. BERNARDO
REYES
EL GENERAL BERNARDO REYES, A SUS
CONCIUDADANOS Y A SUS COMPAÑEROS DE ARMAS:
Habiéndoseme anunciado en Europa,
en el mes de abril, que sería llamado por el Gobierno para hacerme cargo de los
asuntos militares del País, cuando éste se encontraba en plena lucha armada,
manifesté que solo vendría a desempeñar el delicado puesto en tan graves
circunstancias, si se eliminaba del poder al grupo denominado
"científico", responsable de las desgracias de la República, y si se
me facultaba para hacer concesiones á la Revolución que había tenido razón de
ser.
Bajo el concepto de ser atendido
en esto, fui después de algunos días llamado, y emprendí mi marcha con el
propósito de extremar mis servicios en favor del bien nacional; fui detenido en
La Habana, por orden del Gobierno Constitucional, y, tres semanas después, se
me autorizó para proseguir hacia México, por el Gobierno Interino, que
substituyó al del General Díaz, habiendo sido garantizado en el final de mi
viaje por la misma revolución.
Así llego á esta Capital, y se me
habla por mis simpatizadores, de las cuestiones políticas que agitan todavía
dolorosamente a la Nación, y se piensa por algunos en presentar mi candidatura
para la Presidencia.
Yo, atendiendo a que los
merecimientos que da el triunfo en favor de los principios de la democracia,
han señalado de manera vigorosa, la personalidad del señor don Francisco I.
Madero, para el puesto indicado, y visto que cualquiera nueva conmoción en
luchas electorales, es ocasionada a peligros y, de todos modos, a alejar el
restablecimiento del orden y la paz, he creído que debe hacerse abstracción de
mi candidatura, y que lo más patriótico en estos momentos es apoyar al Gobierno
Provisional, y adunar todos los elementos sanos en favor de la causa
revolucionaria; y he declarado y declaro que, por mi parte y con todos los
elementos simpatizadores que me sigan, acepto la candidatura Madero para la
Presidencia de la República.
Tengo la convicción de que
uniendo al jefe de la revolución, todos los elementos congruentes, se le dará
el poder que necesita, para encauzar las energías del País, dominando cuanto no
pueda caber dentro del orden y la ley, para que al fin, tras de la lucha armada
y de las desgracias de la República, resplandezca en toda su majestad la
JUSTICIA: la justicia para todos los vejados, la justicia para honrar la
fidelidad y el heroísmo del Ejército, la Justicia para premiar a los hombres
que han aceptado y consumado sacrificios por el triunfo de la democracia, la
Justicia y la garantía, en fin, PARA TODOS LOS INTERESES SOCIALES, que, en
medio de las conmociones ocurridas, se sienten recelosos. Teniendo, pues,
semejante convicción, creo que cumplo con un deber de alto patriotismo al obrar
como obro, haciendo abstracción de todo lo que signifique provecho de grupos o
de personas, los cuales deben ser inmolados en aras del bien de la República.
En el camino de honor, y de sacrificio
si es necesario, que he marcado, y para conseguir el grandioso fin que indico,
llamo a mis simpatizadores, esperando de su heroico civismo y de su alteza
moral, ser por ellos acompañado en semejante grande obra, significada en el
emblema de "TODO POR LA PATRIA"
México, junio 12 de 1911
B. Reyes
Fuente: “El Imparcial”, Lunes 12
de junio de 1911
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