La sombra de la duda
circunda ya mi frente
también cubre a mi alma
con fúnebre crespón.
aléjate… ¡maldita!
¿no ves que tu insistencia
sumerge en mil pesares
mi ardiente corazón?
¿Por qué cuando en la noche
que ansío dulce calma,
tu vienes sombra infame
mi espíritu a turbar?
Me sigues por doquiera
fantasma pavoroso
y robas a mi alma
su dulce bienestar.
Mis dichas y placeres
disípanse al momento
en que tu manto negro
me cubre el corazón.
¿Acaso tu destino,
ingrata, miserable,
es dar al ser que ama
dolores y aflicción ?.
Más ¡ah! Las claridades
de mi alma y mi conciencia
en noche has convertido
espectro aterrador
y dejas mi cerebro
en caos convertido
y dejas a mi alma
en medio del dolor.
Plutarco Elìas Calles
Plutarco Elìas Calles
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