- El espíritu domina al cuerpo y lo mantiene dentro de los límites de la mesura y de la moralidad.
- No mentir nunca, ni siquiera por necesidad o vanidad.
- Ser afable con todo el mundo.
- Justicia en todo y con todos.
- No hablar mal del prójimo
- No responder irreflexivamente para no caer en ningún lazo.
- No blasfemar y decir obscenidades.
- No decir nada indecoroso aunque denote ingenio, pues las aristas rasgan.
- No tener supersticiones, pues son el fruto del temor y de la flaqueza.
- No bromear nunca con los subordinados, no conversar nunca con la servidumbre.
- Dispensar finas atenciones y consideraciones a las personas que nos rodean.
- Teniendo la razón, usar de energía férrea con todos.
- No burlarse nunca de la autoridad ni de la religión.
- No entusiasmarse, sino moderarse.
- Oír a todos, confiar en pocos.
- No dejarse arrastrar por la primera impresión.
- No quejarse nunca, es signo de debilidad.
- Distribuir siempre prácticamente el tiempo en muchas y regulares ocupaciones.
- Al juzgar las faltas ajenas, pensar en las propias.
- A cada paso pensar en las consecuencias.
- Buscar la soledad para pensar.
- Take it coolly
- A todo le llega su tiempo.
- Nada dura eternamente.
- Cállate cuando no tengas otra cosa mejor que hacer.
- Dos horas de ejercicio diario.
- Estando indispuesto, aislarse del mundo en absoluto.
Fuente: "Maximiliano y Carlota" - Egon Caesar Conte Corti
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